CREO EN TÍ

Creo en ti Señor de Almas, creador de la mañana, de la luz y de la sombra, de las flores y del alba, creo en Ti porque nacistes de una Madre Inmaculada, Esperanza Santeña, radiante Estrella sin mancha, creo en Ti resucitado, Nazareno de mi alma, fiel amigo y compañero, que me ayuda en el camino, creo en Ti Paloma Blanca, porque, me distes la vida, Espiritu creador, creo en Tú canto de amor, en Tú vondad infinita, que perdonas mis errores, con una breve sonrisa, creo en Ti.

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LAS 5 LLAGAS DE JESÚS

Acto de contrición.- Al estar de rodillas ante Vuestra imagen sagrada, oh Salvador mío, mi conciencia me dice que yo he sido él que os ha clavado en la cruz, con estas mis manos, todas las veces que he osado cometer un pecado mortal. Dios mío, mi amor y mi todo, digno de toda alabanza y amor, viendo como tantas veces me habéis colmado de bendiciones, me echo de rodillas, convencido de que aún puedo reparar las injurias con que os he inferido. Al menos os puedo compadecer, puedo daros gracias por todo lo que habéis hecho por mí. Perdonadme, Señor mío. Por eso, con el corazón y con los labios adoro con toda unción vuestras cinco llagas como otros tantos canales de los que dimana vuestra gran misericordia.

 

 

A la llaga del pie izquierdo

Adoro, Jesús mío, la llaga de vuestro pie izquierdo y por ella os suplico perdón por tantas veces como he dado malos pasos, emprendiendo así el camino de la perdición. Apartadme, Señor, de él, y enderezadme por el camino de vuestros santos mandamientos. Pater, Ave y Gloriapatri

 

A la llaga del pie derecho

 

Adoro, Jesús mío, la llaga de vuestro pie derecho y por ella os suplico perdón por tantas veces como he pisoteado vuestra Santa Ley y los preceptos de la Santa Madre Iglesia. Que en adelante sepa aplastar, con la ayuda de vuestra santa gracia, las tentaciones e insidias de la serpiente antigua, que acecha el calcañar de los hombres. Pater, Ave y Gloriapatri


A la llaga de la mano izquierda

 

Adoro, Jesús mío, la llaga de vuestra mano izquierda y por ella os suplico perdón por todas las malas obras de mis manos y por los escándalos de los que haya sido ocasión por ellas. Os ruego, Redentor mío, que me concedáis diligencia para reparar el daño que haya podido causar. Pater, Ave y Gloriapatri

  

A la llaga de la mano derecha

 

Adoro, Jesús mío, la llaga de vuestra mano derecha y por ella os suplico perdón por todas las veces que no he tendido una mano caritativa a mi prójimo necesitado. Imploro, Señor, la gracia de ser misericordioso con mis hermanos como Vos lo sois conmigo. Pater, Ave y Gloriapatri


A la llaga del santísimo costado

Adoro, Jesús mío, la llaga de vuestro santísimo costado y por ella os suplico perdón por mi ingratitud, al no haber correspondido a vuestras bondades. Abridme, Dios y Señor mío, vuestro Corazón Sacratísimo y que me inflame y consuma en el fuego inextinguible de vuestro Divino Amor. Pater, Ave y Gloriapatri


V. Adorámoste, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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Padre Nuestro

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Amén

Ave María

Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén

 Gloria

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo. Como era en el principio, ahora
y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén

 

 

 

Credo de los Apóstoles

 

Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen Maria.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

 

EL REZO DEL ROSARIO

 

  • A. El rosario: introducción.
  • B. Los cinco misterios.
  • C. Las letanías.
1. ¿Es difícil el rezo del rosario? Decidirse a rezar el rosario puede ser costoso por estos motivos:
  • Requiere un tiempo de unos 20 minutos si se reza entero (los cinco misterios, letanías y oraciones).
  • El modo de rezarlo necesita un ligero aprendizaje, que aquí intentamos facilitar.
  • Otras dificultades posibles se resuelven con un poco de amor a nuestra Señora.

2. ¿Es necesario rezar el rosario entero? Es mejor rezarlo completo, pero puede comenzarse por rezar sólo un misterio o dos. Esto es bastante fácil; cada misterio se reza así: un padrenuestro, diez avemarías y un gloria. Muy sencillo, y en sólo dos minutos.

3. ¿Y cómo es el rosario entero? El rosario entero son cinco misterios y las letanías. Ya no es tan fácil pues los cinco misterios reciben un nombre diferente según el día de la semana; y las letanías requieren estar escritas en un papel, hasta que con el uso se aprenden de memoria. También hay oraciones intermedias y una introducción general. Lo explicamos a continuación.
(Pueden imprimirlo mejor tomando: rezorosario.zip; 5 Kb).


A. EL ROSARIO: COMIENZO

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.

- Señor ábreme los labios,
- y mi boca proclamará tu alabanza.

- Dios mío, ven en mi auxilio,
- Señor, date prisa en socorrerme.

- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
- Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


B. LOS CINCO MISTERIOS
Se nombra ahora el misterio que se va a considerar según el día de la semana; luego se reza un padrenuestro, diez avemarías y gloria. Después se reza:
"María, Madre de Gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén."
Y se continúa con el siguiente misterio.

lunes; misterios gozosos.

  1. La Encarnación.
  2. La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.
  3. El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén,
  4. La Purificación de Nuestra Señora.
  5. El Niño perdido y hallado en el Templo.

martes; misterios dolorosos.

  1. La oración en el huerto.
  2. La flagelación del Señor.
  3. La coronación de espinas.
  4. La Cruz a cuestas.
  5. Jesús muere en la Cruz.

miércoles; misterios gloriosos.

  1. La Resurrección del Señor.
  2. La Ascensión del Señor.
  3. La venida del Espíritu Santo.
  4. La Asunción de Nuestra Señora.
  5. La Coronación de María Santísima.

jueves; misterios luminosos.

  1. El Bautismo del Señor.
  2. Las bodas de Cana.
  3. El anuncio del Reino de Dios.
  4. La Transfiguración del Señor.
  5. La institución de la Eucaristía.

viernes; como el martes: dolorosos.
sábado; como el lunes: gozosos.
domingo; como el miércoles: gloriosos.


C. LAS LETANÍAS
Al terminar los cinco misterios se rezan tres avemarías especiales, así:
Dios te salve, María, Hija de Dios Padre, llena eres...
Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo, llena eres...
Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo, llena eres...

- Señor, ten piedad.
- Señor, ten piedad.

- Cristo, ten piedad.
- Cristo, ten piedad.

- Señor, ten piedad.
- Señor, ten piedad.

- Cristo, óyenos.
- Cristo, óyenos.

- Cristo, escúchanos.
- Cristo, escúchanos.

- Dios Padre celestial,
- . . . ten misericordia de nosotros. (Y esta respuesta se repite a continuación).
- Dios Hijo, Redentor del mundo,
- Dios Espíritu Santo,
- Trinidad Santa, un solo Dios,

- Santa María,
- . . . ruega por nosotros. (Y esta respuesta se repite después de cada alabanza a María).
- Santa Madre de Dios
- Santa Virgen de las vírgenes
- Madre de Cristo
- Madre de la Iglesia
- Madre de la divina gracia
- Madre purísima
- Madre castísima
- Madre virginal
- Madre sin corrupción
- Madre inmaculada
- Madre amable
- Madre admirable
- Madre del buen consejo
- Madre del Creador
- Madre del Salvador

- Virgen prudentísima
- Virgen digna de veneración
- Virgen digna de alabanza
- Virgen poderosa
- Virgen clemente
- Virgen fiel

- Espejo de justicia
- Trono de sabiduría
- Causa de nuestra alegría
- Vaso espiritual
- Vaso digno de honor
- Vaso insigne de devoción
- Rosa mística
- Torre de David
- Torre de marfil
- Casa de oro
- Arca de la alianza
- Puerta del cielo
- Estrella de la mañana
- Salud de los enfermos
- Refugio de los pecadores
- Consuelo de los afligidos
- Auxilio de los cristianos

- Reina de los Angeles
- Reina de los Patriarcas
- Reina de los Profetas
- Reina de los Apóstoles
- Reina de los Mártires
- Reina de los Confesores
- Reina de las Vírgenes
- Reina de todos los Santos
- Reina concebida sin pecado original
- Reina elevada al cielo
- Reina del Santísimo Rosario
- Reina de la familia
- Reina de la paz

- Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
- perdónanos, Señor.

- Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
- escúchanos, Señor.

- Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
- ten misericordia de nosotros.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.
- Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
- para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oración. Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

La Señal de la Cruz

Por la señal de la santa cruz +
de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +

Amén.

 

Angelus

D: El Ángel del Señor anunció a María.

T: Y Ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.

Ave María

D: He aquí la sierva del Señor.

T: Hágase en mí según tu palabra.

Ave María

D: Y el Verbo se hizo carne.

T: Y habitó entre nosotros.

Ave María

D: Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.

T: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Se rezan tres glorias

D: Oremos
Derrama Señor tu gracia sobre nuestros corazones y concede a quienes hemos conocido por el anuncio del Ángel la Encarnación de tu Hijo, que por su Pasión y su Cruz alcancemos la gloria de la Resurrección. Por el Señor Jesús, tu Hijo, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

T: Amén

 

 

Señor mío Jesucristo

Señor mio, Jesucristo,
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido;
propongo firmemente nunca más pecar,
apartarme de todas las ocaciones de ofenderos,
confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos,
en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita,
que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me dareis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio,
hasta el fin de mi vida.
Amén.

 

Oraciones al Espíritu Santo para pedir sus 7 dones

¡Oh Espíritu Santo!, llena de nuevo mi alma con la abundancia de tus dones y frutos. Haz que yo sepa, con el don de Sabiduría, tener este gusto por las cosas de Dios que me haga apartar de las terrenas.

Que sepa, con el don del Entendimiento, ver con fe viva la importancia y la belleza de la verdad cristiana.

Que, con el don del Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme, perseverar y salvarme.

Que el don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de la salvación.

Que sepa con el don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, lo falso de lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado.

Que, con el don de Piedad, ame a Dios como Padre, le sirva con fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo.

Finalmente, que, con el don de Temor de Dios, tenga el mayor respeto y veneración por los mandamientos de Dios, cuidando de no ofenderle jamás con el pecado.

Lléname, sobre todo, de tu amor divino; que sea el móvil de toda mi vida espiritual; que, lleno de unción, sepa enseñar y hacer entender, al menos con mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la bondad de tus preceptos y la dulzura de tu amor. Amén.

II

Ven Espíritu Santo, inflama mi corazón y enciende en el fuego de tu Amor. Dígnate escuchar mis súplicas, y envía sobre mí tus dones, como los enviaste sobre los Apóstoles el día de Pentecostés.

Espíritu de Verdad, te ruego me llenes del don de Entendimiento, para penetrar las verdades reveladas, y así aumentar mi fe; distinguiendo con su luz lo que es del buen, o del mal espíritu.

Espíritu Sempiterno, te ruego me llenes del don de Ciencia, para sentir con la Iglesia en la estima de las cosas terrenas, y así aumentar mi esperanza; viviendo para los valores eternos.

Espíritu de Amor, te ruego me llenes del don de Sabiduría, para que saboree cada día más con qué infinito Amor soy amado, y así aumente mi caridad a Dios y al prójimo; actuando siempre movido por ella.

Espíritu Santificador, te ruego me llenes del don de Consejo, para obrar de continuo con prudencia; eligiendo las palabras y acciones más adecuadas a la santificación mía y de los demás.

Espíritu de Bondad, te ruego me llenes del don de Piedad, para practicar con todos la justicia; dando a cada uno lo suyo: a Dios con gratitud y obediencia, a los hombres con generosidad y amabilidad.

Espíritu Omnipotente, te ruego me llenes del don de Fortaleza, para perseverar con constancia y confianza en el camino de la perfección cristiana; resistiendo con paciencia las adversidades.

Espíritu de Majestad, te ruego me llenes del don de Temor de Dios, para no dejarme llevar de las tentaciones de los sentidos, y proceder con templanza en el uso de las criaturas.

Divino Espíritu, por los méritos de Jesucristo y la intercesión de tu Esposa, María Santísima, te suplico que vengas a mi corazón y me comuniques la plenitud de tus dones, para que, iluminado y confortado por ellos, viva según tu voluntad, muera entregado a tu Amor y así merezca cantar eternamente tus infinitas misericordias. Amén.

 


III

Amor infinito y Espíritu Santificador:

Contra la necedad, concédeme el Don de Sabiduría, que me libre del tedio y de la insensatez.

Contra la rudeza, dame el Don de Entendimiento, que ahuyente tibiezas, dudas, nieblas, desconfianzas.

Contra la precipitación, el Don de Consejo, que me libre de las indiscreciones e imprudencias.

Contra la ignorancia, el Don de Ciencia, que me libre de los engaños del mundo, demonio y carne, reduciendo las cosas a su verdadero valor.

Contra la pusilanimidad, el Don de Fortaleza, que me libre de la debilidad y cobardía en todo caso de conflicto.

Contra la dureza, el Don de Piedad, que me libre de la ira, rencor, injusticia, crueldad y venganza.

Contra la soberbia, el Don de Temor de Dios, que me libre del orgullo, vanidad, ambición y presunción.

 

La Salve

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.

Dios te salve.

A Tí clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén

 

 

 

Cortesía de:
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