Pregón del 75º Aniversario de Ntro. Padre Jesús Nazareno

Parroquia Santa Bárbara

Pregonero: José Luis Leiva Núnez

Autoridades eclesiásticas y civiles, hermanos todos.

Comenzamos con este acto, las celebraciones del 75º Aniversario de la entronización canónica de Nuestro Padre Jesús Nazareno en esta parroquia.

Los primeros recuerdos que tengo de Ntro. Padre Jesús Nazareno, es cuando empecé en esta parroquia como monaguillo, allá por el año 1965. Así como a Antonio Perales y a mi padre ayudando a salir por la puerta el paso del Nazareno, que con un ingenioso mecanismo de engranaje se bajaba y se subía para salvar la altura de la puerta, hoy hacen esa misma maniobra 24 costaleros de rodilla. Nunca pensamos en esta maniobra, como una demostración de fuerza sino como una necesidad y al uso de otras hermandades.

En nuestro comienzo, dado la anchura del paso al ponernos de rodilla, no cogían todos los costaleros, por lo que parte de ellos tenían que salirse, y decidimos que unos hacían la salida y otros la entrada, nunca tuve problemas para decir quien entraba y quien salía porque trabajadera a trabajadera entre ellos lo decidían ¡un problema menos que yo tenía! Hoy salen y entran los 24.

En estos años que he estado de capataz, he intentado no usar mi autoridad como primera solución, sino he buscado el consenso de la mayor parte de la cuadrilla

He podido comprobar a lo largo de estos años, como la devoción al Nazareno ha llegado a muchos corazones, porque por pura afición a sacar un paso, no están las personas año tras año; ¡Sin fe y amor no hay cuadrilla que perdure en el tiempo!, eso demuestra que entraron muchos siendo unos críos y hoy casados y con familia siguen bajo su trabajadera, es más, ellos quieren para sus hijos lo que representa la religión católica, siendo personas que creen en lo que la iglesia cultiva y en los valores que transmite. No ha sido una ni dos veces, las que he escuchado que mientras que Él me dé fuerza, ya sacaré yo el tiempo para seguir en la cuadrilla, y como ellos dicen: ¡Todo sea por el que llevamos arriba, Nuestro Nazareno, el que suscita nuestra Fé! Ellos tienen unas implicaciones y unos compromisos los cuales debemos de ampliarlo, en una mayor entrega con la parroquia, de la cual somos partes, es casi imposible poder defender nuestro amor al Nazareno, sino vivimos cotidianamente lo que representa, procurando vivir en su integridad las exigencias de la FE de Cristo, en todas las parcelas de nuestra vida. Normalmente es más de lo que pensamos y de lo que podemos hacer; basta muchas veces con escuchar a aquel que se nos acerca y nos abre su interior, como uno que me decía la importancia del matrimonio en su vida y entonces yo le contesté: A mí me lo vas a decir, que una vez me dijeron que el matrimonio eran las cargas de la mujer, los dos estuvimos de acuerdo y sin connotaciones machista, porque la mujer es piedra angular del matrimonio y por supuesto de la familia.

La familia, unidad básica de la sociedad que muchos han tratado de destruir por diversas razones, en estos tiempos se ha demostrado su eficacia para hacer más llevadera la crisis que padecemos, ni que decir tiene la cantidad de personas, que se han visto obligadas a refugiarse en su familia para cubrir más de una necesidad. Hoy la familia se ha convertido en un bien a mimar.

Cuando en 1989 salía por primera vez la cuadrilla del Nazareno, estaba integrada por jóvenes en su mayoría, entre 14 y 16 años, quitando a Alejandro, Miguel “el Numan”, Ángel “El Farmacia” e Higinio “El compadre”, este último que tenía el interés y las ganas de volver hacer una chicotá en la salida extraordinaria que dios mediante celebraremos, ha fallecido hace poco. De contraguía estaba Jesús “El Gary” y Rafa “El de Zoilo”, el que hace también un tiempo nos dejó, mi compañero con el que he convivido desde la niñez, nos conocimos en el colegio de las monjas, seguimos estudiando y aprendimos el mismo oficio juntos. Con ciertos paréntesis a lo largo de nuestra vida, se puede decir que hemos estado siempre unidos.

La cuadrilla del nazareno nació de abajo a arriba, teníamos más de media cuadrilla de costaleros y aun no teníamos parihuela, este grupo de gente joven estaba capitaneado por José Antonio “El Pata Palo”, Augusto “El Chato” y Amador “El Tribilorio“, que hace años nos dejó también. La relación que impera en la cuadrilla, siempre ha sido buena desde los principios, a pesar de la diferencia de edad. Las patas del paso las llamamos “TENTEMOZOS” y los jóvenes le gritaban a Migue para animarle: ¡“Numan” arriba tente mozo!”

Como teníamos cuadrilla, buscamos hacer el paso. Nuestro proyecto se lo comenté a un grupo de personas, la necesidad que teníamos, y el coste que esto suponía y entre ellos uno me pregunto: Leiva, ¿de cuánto estamos hablando? Y yo sorprendido le dije 15.000 ptas. nos cuentan los materiales para comenzar a fabricar la parihuela, y me contestó: ¡Pues no busques más! Llégate pasado mañana a los hierros y di que vas de parte mía, y le di las gracias y él me dijo, vosotros llevar adelante este bonito proyecto y gente como yo, lo que tenemos que hacer es apoyaros. Higinio “el Municipal” nos buscó el taller de los Benítez y la mano de obra gratis. Cuando años después fui a hacer la segunda parihuela me fui a la misma persona, y me dijo lo mismo: ¡Llégate a por los hierros!!  En esta segunda vez Pepe Sierra, un amigo suyo soldador y yo, lo hicimos. La verdad sea dicha, es que siempre me he encontrado con gente generosa y con muchas puertas abiertas, al nombrar al Nazareno. Al igual que con la cuadrilla, siempre me he sentido querido y muy apreciado, dado el cariño que esta me ha dispensado siempre.

Hay dos momentos muy importantes para mí: Los momentos antes de salir de la Parroquia y cuando volvemos a ella. El costalero antes de entrar debajo del paso, tiene su recogimiento personal, que es una plegaria interior entre él y su nazareno. Verles la cara es todo un poema, es mas no quieren que nadie se lo noten, te miran, sonríen y bajan la cabeza pues quieren seguir con su plegaria interior. Cuando entra en el paso se acaba el individualismo y se compactan en una solo. Basta con decir a viva voz: ¡NA… ZA…RE…NO!

Los nervios de verdad empiezan cuando el capataz manda de rodillas. Os puedo decir con sinceridad que el traje se me quedaba grande, con la garganta seca  y la mano en el llamador hasta pasar el último arco y gritar: ¡Vamos que ya estamos en la calle! El esfuerzo es grande, pero más es esa primera levantá en la calle. Sincronización y esfuerzo se necesita, para poner el paso a su altura, mientras se siente el apretar de los dientes y los resopliós. En este momento, nos mirábamos los que estábamos fuera y también respirábamos aliviados. Con el primer giro al son de la primera marcha ya sabíamos que lo peor ya había pasado. ¡Vamos que es un paseo!

El otro momento para mí, en la entrada en el templo. Siempre recuerdo la primera vez que con vocabulario torero, el párroco Don Pedro Crespo, felicitó a los costaleros, y dijo algo así como… “Habéis sido valientes paseando con maestría vuestro Cristo, merecéis dar la vuelta al ruedo” Todos estábamos eufóricos de alegría, pues muchos incluidos ellos mismos, tenían dudas de si lo conseguirían, su juventud y su falta de experiencia preocupaban tanto a ellos, como al resto de la hermandad, no era raro que los últimos días, me preguntarán más de uno de ellos, si los veía capaces de llevar a cabo dignamente la estación de penitencia, si decía antes la cara que tenían al salir, cuando terminábamos era una cara de cansancio pero con un brillo en los ojos, en los cuales siempre he visto satisfacción y felicidad. Después, el bocata, con la satisfacción de haber cumplido, comentábamos lo bien que lo habíamos hecho y donde habíamos fallado, porque ellos aunque no lo vean, lo saben. Y como no, la entrega de los pin, de 5 años y las trabajaderas a los 10 años.

En el pensamiento de todos, siempre ha estado que pudiéramos tener algún percance a la salida o a la entrada, a Dios gracias nunca hasta ahora no ha pasado nada. Lo que sí nos pasó en una ocasión, es que Amador “El tribilorio” al subirse a encender unos de los cirios del paso, se escurrió y metió la mano en el calvario de flores, haciéndole un agujero, nerviosito por lo que había hecho solo sabía decirme: José Luis ha sido sin querer y no paró hasta que le dije, ya lo sé que ha sido sin querer. En otra, estábamos ultimando los detalles para montar el paso, cuando después de limpiar la cruz, que porta el nazareno en su salida, Fernando “El Pata Palín” y otros,  al levantarla se nos desarmó y se quedaron con el palo de la cruceta en las manos, nos quedamos todos paralizados, y dimos gracias a Dios, porque había ocurrido antes de la salida

Cuando May tomó mi relevo como capataz, no tuve duda de su bien hacer, porque conocía la cuadrilla desde sus primeros tiempos, y por su dedicación y esmero. Le gustan las cosas bien hechas. Cuando era costalero siempre venía a los ensayos con sus marchas bien aprendidas, siempre comentábamos Rafa y yo, el May, ha estado ensayando con la mesa de su comedor. ¡El May es un purista! Y acompañado de Pepe que le gusta hacer las cosas con entrega y dedicación se completa con Manuel Felipe que es el puente, entre los que dirigen el paso y los costaleros. Me da alegría, que lo que algunos empezamos ellos lo continúan, con mucha dedicación y esmero.

Pili, Manoli y como yo digo las cuñadas de Pepe Sierra, forman el equipo de camareras, su labor y su devoción al Nazareno son digna de reconocimiento.

Rafa “El Guari” como mayordomo del paso, después de tanto tiempo viendo un tornillo, sabe de donde es cada uno. De los costaleros en general, tengo miedo a dejarme a alguien atrás, pero no en el olvido, pues me acuerdo de Javi “El Navaja”, que por más que se le decía, no se ponía derecho, era su forma de trabajar. El “Rober”, que siempre anda daleaó, los Laras: José que no podía cantar las marchas debajo del paso porque se estresaba y David, siempre tenía un pero. El Corbo: cuando tú quieras José Luis, el Moli, con su sonrisa, José Mª Cuenda, que bastante tiene con tener a su padre de capataz; Diego “El Lata”, sin problemas, al igual que los sobrinos: Raúl e Iván; El Chato, también llamado el fijo de la segunda y los 4 de la bombonera, el Alemán, Virgilio, el Tribilorio, y las madres de estos 3 últimos, llorando to el camino. La Maribel Castillejo, clavando sus claveles y después durante la estación de penitencia, siempre preocupada por los niños, a pesar de la apariencia de Dama de Hierro. Los hijos de mi amigo Rafa: Rafalín y Joselín, la prudencia personificada; y los dos miembros más viejos de la cuadrilla: Manolo Merino y Miguel “El de Electro Hogar”, los 2 empujaban el paso a rueda. Un día Miguel, que le parecía muy bien lo del costál, me comentó que ellos que iban hacer, y le dije, poneros el traje y seguid acompañándolo. Así fue, a Manolo y a Miguel los he considerado siempre de la cuadrilla. Hasta les hacia los mismos regalos que a los costaleros por sus años de servicios.

La llegada del costál contribuyó, a que un gran número de personas, se acercarán a nuestros titulares. Siempre recordaré la vez que Alfredo, el marido de Angelita, que en paz descanse, que con mucha preocupación exclamó en una reunión… “Si no juntamos 5 para empujar a los pasos, como vamos a juntar 35”. Nunca hemos tenidos muchos problemas para completar la cuadrilla, gracias a Dios algunas veces hemos tenidos que decir que no había sitio. Hoy la nueva dirección del paso ha conseguido, poder hacer relevos, a lo que antes todo el mundo se oponía. ¡Una buena decisión!

Nuestra cuadrilla no está formada solo por hermanos costaleros, sino también por hijos, sobrinos, primos y gente que de no haber coincidido en la cuadrilla ni se conocerían. ¡Somos una gran familia!

Cuando se empezó a fraguar la celebración del 75º Aniversario pensamos en los gastos que ocasionaría, que no era momento, pero también se vio que era una oportunidad para hacer una recaudación extra con fines sociales, no se trataba de cubrir solo gastos, sino ir a más, por lo que una buena parte de lo obtenido se entregará a Caritas de la Parroquia. El peso de la organización de este 75º Aniversario, ha recaído en una junta formada por Paco Merino, Maribel Castillejo, Adalberto García-Donas y Juan Carlos “El Quintín” (como miembro de la cuadrilla) y con la ayuda de otros miembros de la hermandad. Una de las cosas buenas, que se ha conseguido con esta salida, es que Ntro. Padre Jesús Nazareno será portado por costaleros actuales, como por costaleros que han pasado por el paso a lo largo de estos años y por miembros de la cuadrilla de Ntra. Sra. de la Esperanza y Ntro. Padre Jesús Cautivo, acompañada por la banda del “Cristo del Amor y Ntra. Sra. de la Amargura”, conocida por todos como la banda del Cerro. Esta unión de personas de bajo del paso y el acompañamiento musical, se va a convertir en un hito. Hablando de banda, ya quisiéramos para nosotros tener una propia en la hermandad, porque años tras años, era una odisea encontrar banda para el Nazareno, unas eran más buenas y otras peores. Como en una ocasión, que después de estar negociando mucho tiempo, nos pidieron una barbaridad y Manuel Felipe ya harto le dijo: Lo primero que no queréis venid y lo segundo es que vuestra banda no vale ese dinero y se quedó tan pancho. En otra ocasión un caso parecido, una banda de los alrededores, cuando estábamos negociando en la enfermería de la plaza de toros donde ensayaban, se les ocurrió pedirnos una cantidad desorbitada. Como siempre estábamos unos cuantos, nos miramos y Felipe Cortes en un ataque de risa, se tendió en lo alto de la camilla que allí había. Con esto como con todo, siempre nos dolía soltar el dinero, pues estar todo un año juntando, no nos parecía bien, gastarlo en un solo día.

Lo que tenemos que tener siempre presente, es que, para acompañar a nuestro Nazareno solo basta el amor y la Fé como música.

AHÍ QUEDA!